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Cicloturista de Cantabria | |
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Gala del Ciclismo Cántabro 2019
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Como de costumbre, y para dar por concluida una temporada más, tuve el honor de asistir a la gala organizada por la Federación Cántabra de Ciclismo. Este año el evento se celebró en el Pabellón Sergio García de Torrelavega, en donde se reconocieron al los ciclistas más destacados del año, y que contó con alrededor de 200 asistentes.
El acto, de 90 minutos de duración, comenzó con la proyección de un vídeo de los deportistas más importantes de Torrelavega, junto con un saludo de bienvenida por parte del alcalde Javier López.
Seguidamente pudimos ver un amplio reportaje fotográfico de toda la temporada ciclista, para continuar con el discurso del presidente de Cantabria Miguel Ángel Revilla, quien mostró su apoyo y admiración hacia este deporte, siendo uno de sus tres favoritos.
La entrega de diplomas comenzó como es habitual con los ciclo turistas. Esta temporada hemos sido 465 ciclistas con licencia de Cantabria los que hemos participado en alguna de las pruebas puntuables, de los cuales solo 4 hemos acudido a todas las citas del calendario de carretera. Por esta razón, junto con el diploma de participante de honor, recibimos el trofeo que nos acredita como ganadores de la Copa Gobierno de Cantabria de Ciclo turismo, por parte del presidente de Cantabria Miguel Ángel Revilla, y el delegado de ciclo turismo José Perdigones. Junto a mi asistieron al acto Valentín Castillo (Dale P’Arriba), y Ángel Luis Iglesias; ausentándose Diego Rodríguez.
El acto continuó con el reconocimiento desde los ciclistas de las escuelas de ciclismo, hasta los corredores de elite en sus diversas categorías. También hubo mención especial para quienes formaron parte de la selección española de ciclismo, los ayuntamientos colaboradores, y para la Guardia Civil de Tráfico en su 175 aniversario.
Así llegamos a uno de los momento más esperados del acto, reviviendo el momento en el que Ángel Madrazo (Burgos-BH) logró la victoria en la 5ª etapa de la Vuelta Ciclista a España, en el alto del Observatorio Astrofísico de Javalambre (Teruel). Un Ángel Madrazo que nos resumió en su discurso como fue aquel 28 de agosto de 2019, y nos recordó que la victoria fue de todo su equipo. Seguidamente se le hizo entrega de una bonita placa por parte del presidente de la Federación Cántabra de Ciclismo, Juanjo Trueba.
Los últimos minutos del acto fueron para el discurso del presidente Juanjo Trueba, quien nos dio las gracias a todos, y también a los familiares de los ciclistas que tanto ayudan al ciclismo. Y el director de deporte del Gobierno de Cantabria, Mario Iglesias, quien mostró el apoyo del ejecutivo autonómico hacia el ciclismo para el próximo año, copatrocinando al equipo femenino Río Miera - Meruelo para que alcance la categoría internacional, la celebración del Campeonato de España de ciclismo escolar en Camargo, y la etapa de la próxima Vuelta Ciclista a España entre Castro Urdiales y Suances.
El acto se dio por concluido con la tradicional foto de grupo de todos los homenajeados.
No puedo decir que haya sido una gran temporada para mi. Finalmente solo he llegado a participar en 10 marchas ciclo turistas. Los problemas para entrenar con regularidad han sido muy difíciles para mi, debido a la falta de descanso a consecuencia del estrés que padezco.
A día de hoy continuo con mi empeño en superar todas las dificultades con las que me encuentro, preparándome para la próxima temporada que será más dura y más larga, y que espero poder comenzar en el mes de marzo.
Gracias a todos los organizadores que me han invitado a participar en sus marchas ciclo turistas. Nos vemos en la carretera.
Fotos: Raúl Lucio y Foturcantabria
29.11.2019
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V Marcha Lebaniega Jubilar
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Con los mismos recorridos, y una menor participación que en 2018, nos dimos cita en Potes los algo más de 600 participantes, para disfrutar de un buen día sobre la bicicleta, recorriendo unos parajes impresionantes.
A las 9:30hrs nos dimos cita en la Plaza de la Serna de Potes, donde se dio la salida tras el tradicional corte de cinta por parte de las autoridades, patrocinadores, y organizador del evento, junto a los ex ciclistas profesionales David López, Igor Astarloa, e Iván Gutiérrez.
Primeros metros por las calles de la capital lebaniega, viéndome algo retrasado de la cabeza de la marcha. Transitamos de manera neutralizada, en ligero descenso, y con el viento a favor, hacia el Desfiladero de La Hermida.
Tras el paso por Ojedo pude acelerar, y adelantar muchas posiciones, siempre agrupados y muy atento, transitando en un pelotón agrupado.
De esta manera tan llevadera llegamos hasta La Hermida en el km 15, dándose por concluido el tramo neutralizado, y comenzando con la primera subida de la jornada al Collado de Hoz.
Una primera dura subida de 10 kms con rampas de hasta el 12% de desnivel, y un pequeño descanso en mitad de la ascensión. Me resultó algo más dura de lo que me esperaba, probablemente por no haber podido entrenar tanto como debía durante las semanas anteriores.
Seguidamente pudimos disfrutar de un bonito descenso, que creo que se disfruta más cuando la carretera está seca, como fue en este día que comenzamos bajo un sol que enseguida comenzó a calentar.
De manera encadenada, y tras pasar al otro lado del río Lamasón afrontamos la subida al Collado de Ozalba. Una subida corta de unos 5 kms, pero con unos últimos 2 kms duros por encima del 7% de desnivel, que pude superar sin mucha dificultad, regulando siempre mi ritmo.
El descenso técnico, con algunas curvas cerradas, lo hice con precaución, mas si aun cabe, cuando nos encontramos al final de la bajada con una zona de desprendimientos, que afortunadamente fue bien señalizada por los moto enlace.
Al llegar a Puentenansa nos encontramos con un reagrupamiento, del cual no se nos había informado. De haberlo sabido no me hubiese esforzado tanto en las primeras dos subidas.
Tras esperar unos minutos, y llegados a este punto del recorrido en el km 61, la marcha se dividió en dos. Por un lado más de 200 participantes se dirigieron hacia la Cueva El Soplao, para completar el recorrido largo de 146 kms. Y por otra parte, la mayoría de los cicloturistas nos dirigimos hacia el Puerto de Piedrasluengas, realizando así el recorrido corto de 106,5 kms.
La subida a Piedrasluengas es muy larga y tendida. No parece tan dura como lo que realmente es. 34 kms de subida sin parar con desniveles que oscilan entre el 1 y el 3%, y un tramo duro a mitad de la subida que alcanza hasta el 11% de desnivel.
El día se empezó a oscurecer, pero mi mayor preocupación era encontrar una buena colocación, y resguardarme todo lo posible de viento en contra que nos lo estuvo poniendo aun más difícil.
Y así fue desde el principio, logre encontrar un buen grupo en el que hacer la mayor parte de la subida. Me preocupó mucho el ritmo al que iba, pero teniendo en cuenta que era la última subida, decidí ir echando el resto de mis fuerzas.
Al llegar a La Lastra la subida se endureció bastante. Fue el tramo más duro de la subida, hasta llegar a la presa del Embalse de La Cohilla. Desde aquí las vistas fueron de lo más impresionantes.
Pocos kms después continuamos ascendiendo de manera más suave, y nos apareció la lluvia. No me lo esperaba, y el mismo viento en contra nos ayudó llevándose las nubes que estaban descargando sobre nosotros.
Según ganábamos altura la sensación de frío era cada vez mayor. Eché en falta llevar puesta la camiseta interior.
Llegué muy justo de fuerzas al final de la subida, con las piernas muy doloridas a más de 1200 mts de altitud.
Los últimos 30 kms fueron en descenso, con una primera parte de la bajada de muchas curvas, y el resto con el viento a favor y con la temperatura en aumento. No se podía pedir nada más, quedándome sin desarrollo rodando a más 50 kms/h, y deseando llegar a la meta.
Descontando los kms que faltaban para llegar a Ojedo hasta conseguirlo, y viendo con satisfacción a los miembros de Protección Civil dándonos prioridad en el cruce hacia Potes, incluso después de haberme quedado fuera de la cápsula de seguridad.
Por último nos desviaron por un camino interior estrecho, con duras rampas y escaso asfalto, por el que llegamos hasta la meta, dando así por concluida mi octava temporada de ciclo turismo.
21.09.2019
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III Desafío Valle de Iguña
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Tras un mes de julio disfrutando del buen tiempo, se presentó el día de acudir a Bárcena de Pie de Concha bajo la lluvia. No fue un día fácil, porque el mal tiempo nos hizo correr más riesgos. Y sinceramente no me encontraba muy motivado, y solo pensaba en salva el día sin ningún percance.
A las 9:30hrs nos dimos cita el más de medio centenar de participantes, sin lluvia de momento. Primeros metros para ir situándonos camino de La Collada, por una estrecha carretera.
Se notaba desde el principio que íbamos a ir a un ritmo muy rápido, sobre slo 40kms/h, para ser una marcha ciclo turista neutralizada. Esto provocó un algunos participantes marchasen descolgados del grupo principal sin sentido alguno, en lugar de ir todos agrupados como era de esperar.
Como es habitual hicimos un paso por Silió, para continuar hacia Molledo y Las Fraguas.
Tras bordear el río Los Llares se lanzó un sprint en el que no quise participar. Afortunadamente la lluvia continuaba sin caer sobre nosotros.
Salimos a la carretera nacional, por la que continuamos hacia Bárcena de Pie de Concha, y en donde me vi cada vez más descolgado del grupo principal. A pesar de ir al máximo de mis posibilidades, no conseguía aproximarme a los primeros.
Así llegamos a la primera subida de la jornada, al Alto de San Martín de Quevedo. Una subida corta, y no muy exigente que pude realizar sin dificultad; continuando con un descenso en el que prácticamente todos los participantes, tomamos precauciones sobre un asfalto húmedo.
Tras el descenso, se volvió a poner un ritmo muy alto en cabeza, me volví a quedar descolgado, y manteniendo la distancia con los primeros durante los siguientes kms, camino de Los Corrales de Buelna. Evidentemente, yo solo no pude darles alcance porque mis piernas no daban más de sí.
Sobre el km 36 de la prueba apareció la lluvia, cada vez más intensa. Entre la cantidad de agua que nos estaba cayendo, y la velocidad a la que rodábamos, a pesar de ir protegido por las gafas transparentes, perdí mucha visión, y las situaciones de peligro se fueron incrementando. A lo que había que añadir, la perdida habitual de eficacia en los frenos, en este tipo de situaciones.
Afortunadamente conseguí llegar hasta el avituallamiento bajo la lluvia, muy desmotivado y pensando en no continuar, pues los descensos por lo que teníamos que pasar, me parecieron muy peligrosos.
Tras quejarme en el reagrupamiento que se hizo en el avituallamiento, sobre el km 52, nos comunicaron desde la dirección de la prueba que solo íbamos a subir al Collado de Cieza, descartando ascender a la Collada de Brenes por la baja nubosidad.
Pocos minutos después nos pusimos en marcha hacia San Felices de Buelna bien agrupados, para continuar hacia Los Corrales de Buelna, en busca de la dura ascensión al Collado de Cieza dejando la lluvia a un lado.
La corta subida, de algo más de 3 kms con rampas de hasta el 13%, la hice todo lo bien que pude, a pesar de que no estaba pasando un buen día. El descenso, con fuerte pendiente y asfalto mojado, me lo tomé con mucha calma. No sé que fue más duro, si la subida o la bajada hasta Villayuso de Cieza, en donde se efectuó el último reagrupamiento.
Tras esperar la llegada del último participante en descender, nos volvimos a poner en marcha a un ritmo muy rápido. Si ya no llovía, y nos habían recortado el recorrido notablemente, no entendía porqué teníamos que ir tan deprisa.
Una vez más volví a dar el máximo de mí, pero no fue suficiente hasta llegar a la meta, deseando secarme y cambiarme de ropa.
Finalmente solo realizamos 84 de los 101,8 kms previstos.
Un rato después de la llegada de todos los participantes, se efectuó la entrega de trofeos a los participantes más destacados, para degustar a continuación unas marmitas de patatas a la riojana, que buenamente nos habían preparado la Asociación de Mujeres de La Calzada Romana.
Fotos: CDE José Luis Álvaro
27.07.2019
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IV Marcha La Transcantábrica
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Llegó el día de afrontar el reto más duro y exigente de la temporada para mi. Por su distancia, de 156 kms con más de 2000 metros de desnivel positivo acumulado, por la longitud del Puerto de Palombera, con sus 21 kms al 4% de desnivel medio, y por el calor que añade algo más de dureza en esta prueba del sur de Cantabria.
A las 9:00hrs y con más participantes que en las pasadas ediciones, unos 350, nos dimos cita los ciclo turistas junto a la estación de ferrocarril de Mataporquera. En cabeza estuvieron siempre los ex ciclistas profesionales David López e Igor Antón deseando conocer el Puerto de Palombera. Y el ciclista de la tierra David de la Fuente (Ludofoods Louletano Aviludo) disfrutando de la jornada por su comarca.
Me preparé esta prueba a conciencia, para acabarla lo mejor posible. El objetivo de no desfallecer en los últimos kms, fue difícil para mi. En las horas previas me dediqué a descansar todo lo que pude, a perfilar mi estrategia, y a trabajar la motivación.
Llegué a la línea de salida con las ideas muy claras: superar los primeros 74 kms con el minimo esfuerzo necesario, para poder afonrtar la larga ascensión a Palombera.
Los primeros kms fueron neutralizados hasta Reinosa, pero antes de llegar a la localidad campurriana tuvimos que superar la subida al Alto del Bardal, en donde comencé a descolgarme de las primeras posiciones de la marcha, para ir remontando durante el descenso hasta Matamorosa.
A partir de aquí la marcha quedó muy estirada, y a diferencia de las pasadas ediciones, fuimos bordeando Reinosa, en lugar de atravesar su parte central.
Tras el paso por Reinosa continuamos por el largo descenso por la antigua carretera nacional de Palencia durante 30 kms. Sin duda fue una experiencia espectacular que nos hizo disfrutar mucho a los amantes de la bicicleta.
En el km 53 giramos a la izquierda en busca de una de las dificultades montañosas más duras de la jornada, la subida al Collado de Cieza. Fueron solo 3 kms pero con rampas del 16, 13, 12% de desnivel, en las que fui regulando mi esfuerzo para no gastar más energías de las necesarias.
Superada la subida llegó el temido descenso con fuerte pendiente, y curvas muy cerradas al final en las que tuve que extremar las precauciones; para aparecer en Los Corrales de Buelna con bastante tiempo perdido sobre los primeros, pero con unas sensaciones en las piernas sorprendente buenas.
Al paso por Barros siento como algunos ciclistas se ponen a mi rueda, y decido mantener el ritmo para ver si me pasaban al relevo, algo que no sucedió.
Así llegué al comienzo de la subida al Alto de San Cipriano. Una subida suave de 5 kms al 4% de desnivel medio, en la que llevé un ritmo constante sin forzar mucho. No me pareció que este fuese el lugar en el que debía exigirme el máximo.
En el Alto de San Cipriano me detuve un momento para coger agua en el avituallamiento, teniendo en cuenta que aun me esperaba por delante lo más duro, y el calor iba a ir en aumento.
Sin perder más tiempo me lancé en el descenso, en donde gracias a un par de colaboradores que me alcanzaron por detrás, conseguimos integrarnos en un grupo mayor, para afrontar lo siguientes kms.
Se puede decir que desde Villanueva de la Peña, tras el descenso en el km 80, la carretera ya comienza a elevarse por los falsos llanos. El ritmo que llevábamos en el grupo en el que viajaba hizo que fuesemos completamente estirados, así que no quise distraerme con nada, y permanecer siempre atento para no quedarme cortado en ningun momento.
Así, con una intensidad constante, nos aproximamos a Fresneda en el km 100 de la marcha, en donde buena parte de quienes me acompañaban se detuvieron a coger agua en el avituallamiento.
Entonces comencé a marcar mi ritmo, y a ir descontando los kms que quedaban para la cima del Puerto de Palombera. Fueron momentos de mucha concentración, paciencia, y motivación. La subida puede no parecer dura, pero su longitud y el esfuerzo acumulado en las piernas, hacen que realmente lo sea.
Me quedé bastante impresionado con mis sensaciones, que fueron mejores que nunca sin desfallecer en ningun momento, e incluso permitiendome acelerar el ritmo en los últimos kms de la ascensión.
Al llegar arriba me detuve un instante para coger agua, y tomar alguna bebida isotónica; para seguidamente lanzarme en un rápido pero corto descenso hasta Espinilla.
Concluida la bajada noté bastante el cansancio en mis piernas, y ya no podía avanzar tan rápido como deseaba a falta de menos de 30 kms para la meta.
Al paso por Villacantid me alcanzó un pequeño grupo al que apenas pude seguir, y me quedé en solitario hasta Matamorosa, desde donde hubo que afrontar la subida al Alto del Bardal por otra vertiente. Fueron casi 4 kms con rampas del 8 y 9% de desnivel. Una subida que siempre se hace larga y muy dura, pero que pude hacer dignamente deseando que llegase el descenso para descansar un poco las piernas.
Y descontando los últimos 10 kms conseguí llegar hasta Mataporquera. Pero esto no fue todo, porque desde la organización, y por si el día no hubiese sido lo suficientemente duro, tuvieron la idea de ponernos la meta en el lugar más difícil posible.
Llegando a la estación de ferrocarril giramos hacia la derecha, para afrontar una ultima subida de 400 metros por la calle Gran Cinema, con unos últimos 70 metros al 20% de desnivel. Una barbaridad con la que coincido con muchos participantes que sobraba. Muchos se bajaron de sus bicicletas e hicieron los últimos metros a pie. Yo al menos lo quería intentar, pero la situación fue tan crítica para mi, que o subida como podía o me caía al suelo. Afortunadamente surgió el milagro y logre llegar a la calle Alta con el corazón al máximo de mis pulsaciones, completamente exhausto.
En conclusión puedo decir que este fue un buen día, completando el recorrido en 6 horas, y sobre todo con unas sensaciones muy buenas que me animan mucho de cara a las próximas pruebas venideras.
Fotos: Picsport
06.07.2019
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IX Marcha Arsan – Astillero
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La localidad de El Astillero, junto a la Bahía de Santander, acogió una edición más de esta marcha cicloturista que contó con más de un centenar de participantes. Una prueba en la que por su organización, recorrido, y ambiente, siempre es merecedora de una mayor acogida por parte del colectivo ciclo turista.
A las 8:30hrs se dio la salida junto al Ayuntamiento, para afrontar el mismo recorrido que en las pasadas ediciones de 118 kms.
Durante los primeros kms, al paso por Guarnizo, ya se notaba que iba a ser una marcha muy rápida. Con el pelotón estirado, intenté en todo momento ir en las primeras posiciones hasta el comienzo de la primera dificultad montañosa de la jornada.
Desde Cianca transitamos por la antigua carretera nacional de Burgos hasta Aes, para continuar girando hacia la izquierda, y dirigirnos hacia el Alto de San Martín de Villafufre.
A partir del km 25 comencé a descolgarme poco a poco, pues no me interesaba esforzarme mucho en la primera subida, sabiendo que no acabaría muy descolgado, y que sobre todo, me reencontraría con los primeros de la marcha en el descenso.
Fue una subida corta y suave, de poco más de 5 kms en la que tan solo encontramos un par de kms al 5% de desnivel como mayor dificultad.
En los primeros kms de bajada encontré al grupo principal, al que me uní, y tras el descenso decidí quedarme en las últimas posiciones, para tras el paso por Selaya, hacer una subida de menos a más al Puerto de La Braguía.
Los 8 kms de subida a La Braguía no se me dieron tan bien como el año pasado, pero aun así me quedé muy satisfecho con el resultado, y sobre todo en los metros finales en donde pude desarrollar un mayor esfuerzo.
El siguiente descenso hacia Vega de Pas me lo tomé con calma, pues allí nos esperaba el reagrupamiento junto a un completo avituallamiento.
Tras unos minutos de espera, y de descanso, continuamos la marcha hacia Entrambasmestas. El ritmo en esta segunda parte de la prueba fue muy rápido, siempre por encima de los 40 kms/h. Esto hizo que mantenerme en las primeras posiciones fuese algo muy difícil para mi. Aun así no me quedé atrás, y siempre tenía a la vista a los primeros de la marcha.
Continuamos por la antigua carretera nacional de Burgos, pero en sentido hacia Santander, junto al río Pas.
En los repechos de Borleña y Cillero nadie quería quedarse rezagado, y dimos el máximo.
Al paso por Corvera de Toranzo se produjo un acelerón en las primeras posiciones, al que no pude responder como esperaba, y me quedé un poco retrasado. Se estaba rodando muy deprisa.
Conseguí remontar algunas posiciones al paso por Puente Viesgo, pensando ya en que tras el giro a la izquierda en Vargas, no esperaría un repecho en el que tenia que estar atento.
Los siguientes kms, hacia Renedo y Puente Arce no fueron nada fáciles, y antes de llegar al comienzo de la subida al Alto de Peñas Negras, perdí de vista a los primeros de la prueba. Aun así me esmeré todo lo que pude, para descender rápidamente hacia Escobedo de Camargo, en busca de la última subida al mítico Alto de El Churi.
La subida a El Churi, con sus rampas de más del 10% de desnivel, me costó lo suyo por todo el esfuerzo acumulado. No di más de sí, y me lancé en el descenso intentando alcanzar a los primeros.
A pesar de darles alcance llegando a Guarnizo, percibí que la llegada no iba a ser nada fácil, y remonté todas las posiciones que buenamente pude; para así entran en El Astillero, y subir la cuesta de La Planchada antes de llegar a la meta 1 minuto después que el primero.
Al final me quedé muy satisfecho con lo vivido, en una de las pruebas más rápidas de esta temporada.
Fotos: CD Arsan
30.06.2019
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XXXII Memorial Alberto Fernández
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Fiel a la cita, un año más acudí a la clásica marcha ciclo turista de Aguilar de Campoo; en un día soleado e ideal para la práctica del ciclismo.
Con un aumento significativo de participantes, con respecto a la pasa edición, nos dimos cita los aproximadamente 180 cicloturistas a las 9:00h de la mañana, en la Ciudad Deportiva “Alberto Fernández”.
En esta ocasión la organización rindió homenaje al ex ciclista profesional Peio Ruiz Cabestany, quien nos acompañó sobre la bicicleta junto a otros ilustres del pelotón nacional como Fernando Pacheco, Faustino Cueli, Alfonso Gutiérrez, Enrique Aja, Carmelo Miranda, José Ángel Gómez, Emilio Cruz, Ángel Sarrapio y Alberto Fernández Sainz.
Primeros kms por las calles de Aguilar de Campoo para salir hacia Nestar de manera neutralizada.
Sobre el km 17 comenzamos a afrontar la primera subida de la jornada a Vallejo de Orbó, con unas rampas finales muy duras, y por las que transité junto a los primeros de la marcha. Esta dura ascensión hizo que el pelotón quedase muy estirado. Lamentar en este lugar la caída de uno de los participantes que tuvo que ser evacuado.
Tras la subida, rápido descenso hasta Barruelo de Santullán en donde giramos a la izquierda, y poco después hacia la derecha, para dirigirnos por una estrecha carretera hacia el Embalse de Aguilar.
Durante la subida a la presa del embalse comencé a ceder posiciones, pues bien sabía que tras estos primeros tramos de subida, la prueba iba a continuar neutralizada.
Disfrutamos de las espectaculares vistas desde la presa, y a continuación afrontamos la breve subida al Alto del Caracol, seguida de un rápido descenso bordeando el embalse, por donde volví a contactar con el grupo principal.
La siguiente subida con la que nos encontramos fue la del Alto del Barrio Santa María, por donde la marcha quedó muy estirada, llegándose a producir varios cortes en la misma. Esta fue una subida en la que tampoco quise esmerarme mucho, pues aun quedaba lo más duro, y lo siguiente fue llegar hasta el km 48,5, en Salinas de Pisuerga, en donde entramos el primer punto de avituallamiento con el correspondiente reagrupamiento.
Tras unos minutos de descanso se reanudó la marcha hacia Rueda de Pisuerga, ahora ya muy atento en las primeras posiciones, dado que al paso por Mudá en el km 55,9 comenzó el tramo libre; y si quería subir hasta el refugio de La Collada dentro del tiempo permitido, debería esmerarme al máximo.
Se apreciaba cierto nerviosismo absurdo en las primera posiciones al comienzo del tramo libre, por parte de aquellos participantes que intentaron buscar el desequilibro de los demás, o meter el manillar por donde no quedaba espacio.
Los primeros kms del tramo libre tuvieron su dureza por una carretera con constantes subida y bajadas, hasta llegar a Barruelo de Santullán. Fue el propio Peio Ruiz Cabestany dándolo todo el que me dio alcance en solitario, y al que animé a seguir hacia adelante.
Desde Barruelo de Santullán la dureza fue constante hasta llegar a Brañosera en el km 71,2, lugar en el que se detuvieron casi la mitad de los participantes que no continuaron con la ascensión. En mi caso tenia muy claro que continuaría para afrontar las rampas más duras de la subida. Se subió hasta la mitad de la ascensión al refugio del Golobar, junto al refugio de La Collada, a más de 1500 metros de altitud, por rampas de hasta el 12%.
Tras la subida nos dimos media vuelta y bajamos hasta el Brañosera, en donde se situó el segundo avituallamiento, y se hizo un reagrupamiento para poder realizar todos juntos los últimos 20 kms en descenso hasta Aguilar de Campoo.
A la entrada de Aguilar nos esperaban los miembros de la Escuela de Ciclismo de la localidad, quienes se situaron en cabeza de la marcha durante los últimos metros de los 102,7 kms de recorrido.
Tras la llegada se rindió el tradicional homenaje junto al monumento a Alberto Fernández e Inmaculada Sainz, se entregaron distinciones a los participantes más destacados, y la jornada se dio por finalizada con la degustación de una paella para todos los participantes y acompañantes.
Fotos: CDC Aguilarense Alberto Fernández y Ángel de Castro
16.06.2019
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XI Marcha Los 10.000 del Soplao
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Comienzo el mes de junio retomando la participación en las marchas cicloturistas, tras todo un mes de mayo en el que se suspendieron todas las pruebas en las que tenía previsto participar.
Con el habitual ambiente en Cabezón de la Sal, nos dimos cita a las 8 de la mañana los participantes de esta nueva edición, en donde la mayoría vinieron de de fuera de Cantabria, en una prueba que cada año intenta ser aun más internacional.
Por delante los mismos 3 recorridos que en la pasada edición. Recorrido de gran fondo de 352,7 kms, en el que solo finalizaron 29 participantes de los 72 que se inscribieron. Recorrido clásico de 228,4 kms con 336 finalistas. Y el cicloturista de 124,7 kms que realicé junto a 318 finalistas más.
La jornada se presentó bajo un sol radiante, con 16 grados de temperatura en el momento de la salida, y en la que se anunciaba iba ser una mañana bastante calurosa. La protección solar, y una hidratación constante fueron muy importantes.
Un año más desde la organización se quiso rendir homenaje a un amplio número de ex ciclistas profesionales que se situaron en primera línea de salida, en la que se guardó un minuto de salida en memoria del ex auxiliar de ciclistas profesionales, Jaime Mir.
Con la tradicional encendido de la traca por parte del Alcalde de Cabezón de la Sal, Víctor Manuel Reinoso, se dio la salida. Primeros metros hacia Carrejo por el que pude pasar por su paso estrecho sin problemas. A partir de ahí nos encontramos con viento en contra hasta llegar a Santa Lucía. Este fue un aspecto que podría venirnos bien durante los últimos kms de regreso.
Giramos a la izquierda hacia Virgen de la Peña con el viento ya a favor, y muy deslumbrados por el sol de la mañana. Lógicamente la situación hizo que se rodase muy deprisa.
Tras el paso por el puente estrecho de Virgen de la Peña, el pelotón quedó muy fragmentado. Aun así pude mantenerme bien situado en el grupo intermedio en el que me encontraba.
Pasamos por Cabezón de la Sal con escaso público animándonos, para comenzar la primera subida del día al Alto de La Hayuela, que hice sin dificultad. Y desde ahí rápido descenso hasta Comillas.
Fue saliendo de Comillas donde di alcancé al grupo principal, que estaba transitando a velocidad controlada, comino de Oyambre y San Vicente de la Barquera. Para minimizar riesgos, me situé a cola de pelotón.
Controlando siempre mis esfuerzos, dejé marchar un poco por delante a los primeros, pues pensaba que no era necesario esforzarme mucho en las subidas, si más adelante nos iban a neutralizar. Esta resultó ser finalmente una sabia decisión.
Tras la corta subida a Pechón, y el posterior descenso por Tina Mayor, continuamos hacia Pesués y Muñorrodero, en donde se produjo el primer reagrupamiento. Tras esperar unos instantes, reanudamos la marcha para afrontar la parte del recorrido más dura y exigente, continuando hacia Abanillas, Estrada, y Hortigal.
Llegado a este punto del recorrido, me pareció un buen momento para comer algo de lo que llevaba en uno de los bolsillos del maillot. Pese a creer que ya estaba recuperado de una lesión en los ligamentos de mi hombro izquierdo, siento un fuerte dolor al girar el brazo que tendría que soportar durante el resto del recorrido.
A pesar del sufrimiento continuo hacia El Barcenal y Labraces, en donde tras un corto tramo de descenso nos adentramos por una estrecha carretera con las rampas más duras de la jornada. Momento ideal para hacer uso de todo el desarrollo con la corona de 28 piñones, para lograr una buena cadencia de pedaleo y no hacer sufrir en exceso a las piernas. Fue una subida que disfruté mucho hasta llegar a La Florida, para continuar ascendiendo por las numerosas curvas de herradura que nos llevaron hasta las proximidades de la Cueva El Soplao.
El agua me empezaba a escasear, asique fui haciéndome a la idea de que tendría que detenerme en el próximo punto de avituallamiento. Pero antes quedó el rápido y vertiginoso descenso hacia Rábago, y los repechos de Celis y La Cotera deseando llegar a Puentenansa, porque el calor apretaba cada vez más.
Giro a la izquierda y unos kms después llegué al ansiado avituallamiento, donde pude coger medio litro de agua, y beberme otro medio litro de bebida isotónica para recuperarme un poco. De inmediato reanudé la marcha, sin pensar el calvario que me esperaba en la subida a la Collada de Carmona.
La subida en si tiene 10 kms desde Puentenansa, aunque se puede decir que los realmente exigentes son los 5 últimos kms. Se me hizo mucho más dura de lo que me esperaba. Algo no iba bien en mi y no sabía que podía ser. Me sentía como en aquellos años en los que hacía el recorrido largo de esta mis prueba.
Los kms avanzaban muy lentamente, sufriendo con un dolor en el hombro que casi me llega hasta el codo, y con un sentimiento de impotencia. Así llegué hasta arriba, para lanzarme en un rápido y descenso de casi 5 kms hasta Valle de Cabuérniga muy en solitario.
Desde Valle hasta Cabezón quedaban unos 14 kms, pero he aquí mi sorpresa cuando me encuentro en una zona con el viento en contra, poniéndome la situación aun más difícil.
Traté de calmarme y de echar el resto hasta el final. El resto del recorrido se me hizo algo más largo de lo previsto, y a base de paciencia logre llegar a Cabezón de la Sal, entrar en la meta, y recibir la medalla de finalista.
A pesar de todo lo sufrido lo conseguí, habiendo realizado un mayor esfuerzo que el año pasado, y habiendo tardado uno 20 minutos más en completar los 124,7 kms. El calor me lo puso más difícil.
Fotos: Juan y Sagus
01.06.2019
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I Marcha Los Repechos del Asón
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Se puede decir que a la tercera fue la vencida. Durante los últimos años los pueblos de la comarca del Asón-Agüera han estado intentando celebrar una marcha cicloturista, y este año por fin lo han conseguido. Cumpliendo con mi compromiso de participación en todas las marchas cicloturistas de carretera de Cantabria, no quise faltar a la cita.
No tuvo que ser fácil organizar esta prueba para el organizador, pero aunando fuerzas lo consiguieron. A pesar de que se esperaba una participación muy baja, finalmente fuimos cerca de un centenar de participantes los que nos dimos cita en un desapacible día en la localidad de Ogarrio, con el cielo muy nuboso y algo lluvia de manera intermitente.
La prueba contó con 2 recorridos, uno principal de 167 kms y otro más corto de 102 kms. La mayoría de los participantes salieron a las 8:30h de la mañana para afrontar el recorrido largo.
Desde Ogarrio se dirigieron hacia Ramales de la Victoria y Ampuero para subir al Santuario la Bien Aparecida, Campo El Hayal, Fuente Las Varas, y Cruz Usaño. Lugar en el que se detuvo la marcha para vivir el momento más emotivo de la prueba, rindiéndose homenaje al ex ciclista profesional Gonzalo Aja, con el descubrimiento de un monumento en su honor.
Tras el descenso de Cruz Usaño la marcha regresaron a Ogarrio, en donde nos incorporamos los participantes de la marcha corta minutos antes de las 11 de la mañana, para completar los últimos y más exigentes 102 kms de la prueba.
El pelotón principal se estiró de inmediato camino de Arredondo, desde donde giramos hacia la izquierda para afrontar los 20,6 kms de ascensión al Portillo de la Sía. Subida larga y dura con un 5% de desnivel medio. Me sentí muy bien y pude completarla la subida a buen ritmo sin cansancio. Pasado el Collado del Asón nos vimos rodeados por la nubosidad que apenas nos permitía ver el final del puerto.
Nada más pasar al otro lado de la cordillera Cantabrica volvimos a recuperar la visibilidad. Me tomé con calma el descenso de 7 kms hasta el cruce, por una carretera estrecha y con un asfalto irregular. No vi la necesidad de arriesgar en ningún momento de la prueba.
Según estaba previsto teníamos que dirigirnos hacia el Puerto de Lunada, para seguir hacia Lierganes, La Cavada, Puerto de Alisas, Arredondo, y regresar a Ogarrio. Pero debido a la mala climatología a partir de los 1000mts de altitud, la organización tomo la decisión de modificar el recorrido y nos dirigimos hacia Espinosa de los Monteros. Allí, en la Plaza de Sancho García, junto al Ayuntamiento, se efectuó un reagrupamiento.
Unos minutos después, en medio del asombro al vernos en un lugar por el que no esperábamos pasar, se reanudó la marcha. Según se comentaba en el pelotón, íbamos a regresar a Cantabria por el Puerto de Los Tornos.
Nos dirigimos hacia Quintana de los Prados, y desde allí todo recto en busca de la carretera nacional por la que regresamos desde Bercedo.
Fuero 8 kms de suave subida al 2%, pero en la que el viento en contra nos hizo sufrir bastante. Por si esto fuese poco, se me llegó a caer la bomba de aire que llevaba en el bolsillo del maillot. Tuve que detenerme a un lado de la carretera, y retroceder para recuperarla.
Tras el gran esfuerzo que nos supuso la subida, en la que también apareció la lluvia, tuvimos que descender hasta Ramales de la Victoria. Fuero 18 kms de descenso peligroso, con curvas cerradas, fuerte pendiente, y con la carretera mojada. Vista la situación, decidí arriesgar lo mínimo posible, pues no encontré razón para ir más deprisa.
A pesar de ir bastante rezagado del grupo principal, llegué a Ramales de la Victoria y desde allí giré hacia la izquierda, para afrontar los últimos repechos, deseando que los últimos 7 kms pasasen lo más rápido posible.
Logré llegar a la meta deseando secarme y cambiarme de ropa, y lamentando haberme tenido que quedar tan en solitario. Finalmente solo realicé 83 kms, que resultaron duros y peligrosos.
Fotos: Organización
27.04.2019
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V Marcha La Cantabrona
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Con importantes novedades se presentó una de las pruebas más esperadas de la temporada. Los recorridos, corto y largo, fueron modificados por indicaciones de Tráfico, y además también se cambio el lugar de salida y llegada, que estuvo situado junto al Ayuntamiento de Polanco.
Ahí nos dimos cita los más de 1300 participantes a las 8:30 hrs de la mañana, muchos llegados desde fuera de Cantabria con una amplia representación nacional. Disfrutamos de un buen día de sol, y algo fresco al comienzo con 12º de temperatura.
Tras el habitual corte de cinta por parte de las autoridades y organizadores, con el Presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla a la cabeza, se dio la salida.
Los primeros metros en descenso nos hicieron sentir el frío de la mañana. Nos dirigimos hacia Sierrapando por una serpenteante carretera, para continuar bordeando el Alto de la Montaña y llegar hasta Zurita, donde giramos hacia la derecha para continuar hacia Vargas.
Ritmo ligero asequible para todos los participantes. Aunque desde la salida me situé en las posiciones intermedias del pelotón, poco a poco fui remontando.
Tras atravesar Vargas continuamos por la vieja carretera nacional hacia Sarón y Pámanes. La imagen fue espectacular, muy vistosa, con todo el ancho y largo de la calzada cubierta por centenares de ciclistas.
Seguimos hacia Lierganes, punto clave de la jornada en donde la marcha se dividió en dos. Por un lado fueron quienes realizaron el recorrido largo de 170 kms, pasando por el Puerto de Alisas, Arredondo, Collado del Asón, Portillo de la Sía, los puertos de Estacas de Trueba y La Braguía, y los altos de San Martín y La Montaña, para finalizar en Polanco. En mi caso, un año más, opté por el recorrido de medio fondo de 109,8 kms, a pesar de la gran ilusión que me hacia poder completar el de gran fondo.
Así que en el cruce de Lierganes giré hacia la derecha, en donde se efectuó el primero de los reagrupamientos, antes de atravesar el paso estrecho. Los más de 300 participantes del recorrido corto reanudamos rápidamente la marcha, por una zona de falso llano junto al río Miera. Así hasta pasar al otro lado del río en donde nos encontramos con las rampas más duras que nos llevarían hasta el Alto de El Caracol.
El 12% de desnivel no me pareció tan duro como en otras ocasiones. Aun así, como nos habían informado que se producirían reagrupamientos a lo largo de la marcha, no quise dar el máximo de mí, e ir siempre guardando un poco.
Llegamos a San Roque de Riomiera para afrontar los últimos 6 kms de la ascensión, que continuaron siendo duros y que fue el único tramo cronometrado de la prueba. Sorprendentemente pude continuar remontando posiciones, a base de gestionar mis esfuerzos. Con el sufrimiento que produce la subida, llegué hasta los 815 metros de altitud, en donde se produjo el segundo reagrupamiento, obteniendo un resultado sorprendentemente bueno.
Tras esperar unos minutos, sin que hubiesen concluido la subida todos los participantes, iniciamos el descenso hacia Selaya. Una bajada que hice sin prisas, en previsión de una posible neutralización de la prueba.
Al llegar a Selaya di alcance a los primeros de la marcha, y nos detuvimos durante un breve instante, para continuar hacia Villacarriedo en busca de la siguiente subida al Alto de San Martín.
El grupo principal se estiró bastante, llegándose a producir algunos cortes en la subida al alto, a pesar de sus tan solo 2 kms al 5% de desnivel.
El descenso lo hice todo lo rápido que pude, pues no quería quedarme muy rezagado de los primeros. Afortunadamente logré alcanzar a los primeros antes de acabar la bajada.
En lugar de continuar hacia la carretera nacional pasando por Iruz, giramos a la derecha hacia Penilla, y desde ahí salir hacia Puente Viesgo por la carretera nacional.
Fue una gozada poder hacer uso de todo el ancho de la calzada, que bien aproveché para ir remontando posiciones antes del paso por Vargas, desde donde se volvería a empinar la carretera.
En este punto del recorrido decidí echar el resto, y subir a tope el Alto de La Montaña. La subida es bien sencilla, 3 kms con un desnivel del 4%, pero que hice con bastante desarrollo.
Tras el paso por La Montaña tomé el descenso con precaución debido al estado del asfalto, con algunos agujeros en los que era mejor no meter la rueda.
Nuevo paso por Sierrapando para continuar pedaleando a tope hacia Polanco, intentando situarme en algún grupo que llevase un ritmo asequible. Eché el resto de mis fuerzas, y la última subida antes de llegar a la meta se me hizo un poco dura. Aun así me quedé muy satisfecho con el rendimiento conseguido, y pensando en lo mucho que me hubiese gustado realizar el recorrido largo. Otro año será.
20.04.2019
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III Desafío Óscar Freire
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Con la principal novedad de cambio de organizador, se celebró un año más en Torrelavega la marcha cicloturista de Óscar Freire; con un mismo formato original, ligera variación en el recorrido en sus kms finales, y menos participación que en la pasada edición.
Aproximadamente fuimos unos 360 ciclistas entre todas las modalidades con las que contó la prueba, carretera, btt, y parejas, en una muy fría mañana de primavera, en la que el termómetro camino de Torrelavega llegó a marcar los 2ºC de temperatura.
La salida, desde el velódromo Óscar Freire, se dio pasadas las 9 de la mañana por parte del Presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, quien estuvo acompañado por varios representantes autonómicos y locales, como el alcalde de Torrelavega, José Manuel Cruz, y el Presidente de la Federación Cántabra de Ciclismo, Juanjo Trueba.
En primera línea de salida, junto al anfitrión, estuvo el campeón del mundo de fondo en carretera de 2003, Igor Astarloa con el dorsal nº 1, David de La Fuente (Ludofoods Louletano Aviludo), y los ex profesionales Iván Gutiérrez, Vidal Celis, y David López.
Afortunadamente la temperatura había subido bastante a la hora de la salida, hasta los 10ºC, lo cual nos vino muy bien, y el frío se hizo más soportable durante los primeros kms por las calles de Torrelavega hacia Puente San Miguel.
El pelotón se fue estirando, así que viendo que en la parte delantera se les iba limitando el ritmo, decidí situarme en posiciones intermedias durante toda la marcha.
Subimos el Alto de Quijas, en el km 9, sin apenas realizar esfuerzo, para continuar con una rápida bajada hasta Casar de Periedo, y los siguientes kms llanos hasta el paso por Cabezón de la Sal, para continuar por la leve subida al Alto del Turujal.
Estaba siendo un día rápido como se esperaba, y en el que mayormente me encontré rodando en solitario, al haberme situado en el centro de la marcha cicloturista. Así pasé por San Vicente de la Barquera, subí el Alto de San Vicente, y continué hacia Pechón en donde encontré algo de compañía.
Descendimos por la serpenteante carretera hasta las proximidades de Unquera, para girar a la izquierda hacia Pesues, y desde ahí continuar hacia Muñorrodero en donde se encontraba el único punto de avituallamiento que dejé a un lado, en busca de nueva compañía con la que continuar durante los siguientes kms, que dediqué mayormente a guardar fuerzas para el final. De ahí que rebajase tan mi ritmo, por temor a la aparición de un posible desfallecimiento debido al cansancio.
Llegamos en el km 60 a la localidad de Abanillas, por una carretera tranquila y con bastantes curvas, para volver a llegar a San Vicente de la Baquera, atravesar nuevamente el Puente de la Maza, y comenzar a subir por los duros repechos que nos llevaron hasta Oyambre. Desde ahí por un falso llano hasta Comillas, en que conseguí mantenerme en un pequeño grupo de participantes. Estaba claro que mucha prisa no tenía, y pocas ganas de rodar en solitario.
Los siguientes 17 kms, que nos llevaron hasta el Alto de Ubiarco, fueron un constante subir y bajar por los cambios de rasante, que nos fueron terminando de desgastar.
Estaba siendo un día esplendido para la práctica del ciclismo, se nos había quedado una temperatura primaveral muy buena, y el sol radiaba bastante. Buen momento para disfrutar de las vistas descendiendo hasta Tagle, desde donde tuvimos que encarar las últimas rampas de subida, para lanzarnos a continuación en un rápido descenso por el que llegamos a Puente San Miguel en busca de la línea de meta, en el velódromo Óscar Freire de Torrelavega, que atravesé en solitario.
Una vez más volví a quedarme satisfecho con mi rendimiento y con mis sensaciones, en un día en el que tan solo me limite a cumplir con mi participación.
Foto: Juan González
06.04.2019
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XXVIII Marcha Cicloturista Castro-Castro
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El buen tiempo volvió a estar de nuestro lado un año más, y no es lo habitual, en el que fue un muy buen día de primavera para el ciclismo. Los fieles a la gran cita en Castro Urdiales no quisimos faltar. Pocos días antes de la prueba, el Club Ciclista Castreño cerró las inscripciones tras conseguir cubrir el cupo de 1500 participantes. Todo un éxito de participación que muy difícilmente se superará en Cantabria.
Se podría haber vestido uno de corto, pero por si acaso hacía fresco en algunas zonas por las que íbamos a transitar, decidí hacer uso de los manguitos.
A las 9 de la mañana, tras haber dormido una hora menos por el cambio al horario de verano, nos dimos cita los participantes junto al Ayuntamiento de Castro Urdiales. La organización, al igual que en la anterior edición, decidió dar preferencia en la salida a todas las mujeres que quisieron situarse en la parte delantera, y poder darles así unos minutos de ventaja. Junto a ellas la primera de todas volvió a ser la campeona de ultrafondo Ziortza Villa, quien participó además en el corte de cinta junto al homenajeado de este año, el exciclista profesional Igor Antón.
Unos minutos después de las nueve de la mañana nos dieron la salida a toque de silbato, y echamos a rodar una temporada más. Primeros metros neutralizados por las calles de Castro Urdiales rodando en las primeras posiciones, hasta que pusimos rumbo hacia Islares.
Teniendo en cuenta la neutralización que se produjo el año pasado en el punto de avituallamiento, y que este año el rutometro nos informaba que la prueba se detendría 10 minutos en Riancho; mi estrategia la tenía clara: dejar marchar a los primeros unos 10 minutos por delante, para así ahorrar energías para el final.
Comencé a ceder posiciones desde el principio, y aunque las sensaciones siempre fueron buenas, fui guardando fuerzas constantemente.
Llegamos a la primera subida de la jornada al Alto de Candína. Una subida corta de 3 kms, pero en la que si uno se deja llevar por el ritmo de la marcha, puede resultar algo dura. Subí con bastante facilidad y sin ninguna preocupación, para encarar el rápido descenso con doble curva de herradura.
Seguidamente nos desviamos en Liendo en busca de la segunda subida al Alto de Seña. Fueron 5 kms que también se me dieron muy bien. Solventada la dificultad montañosa afrontamos un peligroso descenso con curvas cerradas y algunas rampas con fuerte pendiente, hasta atravesar la localidad de Limpias.
Cruzamos el puente sobre el río Asón, y de inmediato alcancé un pequeño grupo. Les veía un tanto por debajo de mi ritmo y decidí sobrepasarles. Algunos ciclistas reaccionaron y se pusieron a rueda. Conseguí que se formase un pequeño grupo con el que rodar a buen ritmo, y en el que nos fuimos relevando.
Y así, con entendimiento, fuimos remontando el río Asón hasta llegar a Gibaja, desde donde cruzamos el río Carranza por un puente estrecho, llegando al km 45 en el que se encontraba el avituallamiento.
Me sobró bastante tiempo según lo que había previsto de inicio. Tras comer un poco el avituallamiento y esperar unos minutos, nos volvimos a poner en marcha.
Rápidamente el pelotón se estiró muchísimo, pero la compañía nunca me faltó. Una de las razones principales por las que gusta tanto esta marcha cicloturista.
Llegamos Carranza, ya en la provincia de Vizcaya, en donde comenzó la ascensión al Alto de La Escrita. Una subida de 7 kms con constantes rampas suaves del 4% de desnivel. No es una subida dura, por lo que se puede subir a buen ritmo, disfrutar del paisaje, y del ambiente de ciclismo que nos rodeaba.
Tras la subida vino un vertiginoso descenso, muy rápido, y en el que estuve muy pendiente de los defectos del asfalto hasta llegar a Valle de Villaverde, en donde giramos hacia la izquierda para continuar por los últimos 30 kms rectos hasta la línea de meta.
Fueron unos momentos difíciles para conectar con alguno de los grupos que se formaban y se rompían constantemente, hasta que lo conseguí con cierta ayuda porque en solitario fue imposible.
Así llegamos hasta El Pontarrón de Guriezo en donde la carretera dejó de ser tan favorable, y el escaso viento en contra nos lo puso un poco más difícil. Logré mantenerme en el grupo hasta que llegamos al Alto de San Andrés, en donde nos encontramos con el primer grupo detenido durante unos minutos para reagruparnos un poco.
Al poco se reanudo la marcha con una rápida aceleración que provocó el estiramiento del grupo. Acusé un poco el esfuerzo realizado, y me costó mantenerme en las últimas posiciones del primer grupo. Así entramos en Castro Urdiales hasta llegar a la meta, en donde fuimos recibidos por el numerosísimo público que allí se había congregado.
El día resultó ser como mejor de lo que me esperaba, con sensaciones bastante buenas, divirtiéndome y disfrutando del ciclismo desde dentro. Al final, según el parte médico de la DYA, hubo que lamentar varias caídas que se produjeron en el transcurso de la marcha, con 2 traslados hospitalarios que espero tengan pronta recuperación.
Foto: Oli
31.03.2019
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Comienzo de temporada
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El mal tiempo durante el pasado mes de enero, y los problemas con el descanso, marcaron mi pretemporada. La consecuencia de todo ello ha sido no poder prepararme todo lo bien que deseaba, de cara a una temporada más sobre la bicicleta. Aun así, creo que llegó en un estado normal de forma; similar al que tenía a finales del año pasado.
También he procurado no descuidarme mucho durante las semanas de descanso, que siempre vienen bien para que el cuerpo se regenere.
Esta temporada va a ser muy similar a la anterior, con el mismo ritmo de entrenamiento, y una participación estimada en más de una decena de marchas cicloturistas. Además, tendré el honor de participar invitado por los organizadores de las marchas cicloturistas que sean puntuables para la Copa Gobierno de Cantabria, a los cuales les muestro mi gratitud.
Este año lo comienzo en primavera, en la Marcha Castro – Castro que un año más seguirá siendo la prueba de mayor éxito de toda Cantabria. Para seguir rodando sin parar hasta el mes de septiembre, transitando incluso por las provincias limítrofes.
Así será mi octava temporada participando en marchas cicloturistas, con el objetivo de llegar siempre a la meta, y poder volver a conseguir una Copa de Cantabria más. Comenzamos.
30.03.2019
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